
Pablo Montanaro
montanarop@lmneuquen.com.ar
Neuquén.- Ya sea por curiosidad, por recreación, por buscar un cable a tierra y liberar el estrés cotidiano, por las series de televisión o por el entusiasmo despertado después de ver los Juegos Olímpicos, gran cantidad de neuquinos, desde los 13 años y de distinto tamaño físico, practican en la ciudad tiro con arco. Un deporte, una antigua disciplina milenaria, que resulta muy atractivo.
Son las nueve de la noche de un miércoles y unas 40 personas se congregan en el gimnasio de la calle Intendente Carro 255 para comenzar una de las tres clases de dos horas que el club Arqueros Patagónicos realiza durante la semana.
Angelina Bel y Facundo Badia son los instructores de este club de arquería que hace más de un año empezó a funcionar. Angelina tiene 36 años y hace cuatro empezó a practicar tiro con arco para hacer una actividad diferente, y no tenía ningún conocimiento. “Probé y me gustó”, afirma. En tanto, Facundo, de 36 años, hace siete acompañó a un amigo y se enganchó porque “es un deporte que tiene mucha técnica, bastante difícil, a pesar de que parece una tontería, porque uno ve de afuera a un tipo parado apuntando a un blanco y es mucho más que eso”. Facundo apunta que a partir de los 11 años se puede practicar “porque el arco no es un juguete y hay ciertas reglas de seguridad que se deben tener en cuenta”.
”De pibe lo había practicado y ahora lo retomé. Además de las técnicas, requiere concentración en la respiración y preparar la mente y el cuerpo”. Mariano Frumboli. 54 años
”Es un deporte muy recomendable por el autocontrol. Cada tiro no es algo sólo lo físico, sino también mental”.Wanda. 25 años
Ambos instructores consideran que el interés en este deporte está en el hecho de que le permite a mucha gente encontrar una forma de trabajar el equilibrio, ya sea físico o mental. “Lo principal es la concentración; si bien es un deporte bastante estático, toda la parte superior del cuerpo trabaja bastante”, describe Angelina. “Dependiente del tiempo que lleve el arquero tirando, la potencia de los arcos que usa, con el tiempo va requiriendo mayor estado físico especialmente en la parte del torso y la espalda”, agrega Facundo.
Juan Villoldo hace casi tres años que asiste a clases, pero confiesa que al principio su interés era la cacería, pero abandonó, “qué culpa tenía el bichito”, dice con una sonrisa. El joven de 29 años es un asiduo de las competencias regionales y nacionales y hace poco se compró su propio equipo. A su lado se prepara para apuntar Rodrigo Pizarro, de 15 años, quien admite que “de chico miraba películas como War of the arrows (Guerra de flechas) y quería practicarlo. Hace un tiempo empecé y busqué tener más técnica. Este deporte me motivó más que cualquier otro”.
En relación con la distancia de los tiros, Facundo aclara que se avanza en forma gradual. En el gimnasio se dispara a 18 metros, pero lo que varía es el tamaño del blanco; en tanto, al aire libre el objetivo es llegar a los 70 metros. Alcanzar la máxima parece ser el objetivo de Alexis (34 años), quien en agosto de 2014 empezó a practicar cuando su novia le regaló un arco. Después de darle al blanco comenta que el deporte es su cable a tierra. Dice que para quien lo observa “puede parecer un deporte aburrido” con alguien que levanta el arco, abre la cuerda y tira la flecha. “En realidad en el medio de toda esa secuencia tenés un movimiento, una postura determinada para la cabeza, la espalda y todo eso en 3 segundos, y si hiciste un mal movimiento, todo eso que hiciste fue en vano”.
El interés en este deporte está en encontrar una forma de trabajar el equilibrio, tanto físico como mental.
Dónde se puede practicar
Arqueros Patagónicos (Int. Carro 255, Cel. 156055068)
Cuánto cuesta este deporte
Los instructores aconsejan a quienes se inician en el deporte no comprar el arco, ya que hay de muchas variedades y características y lo importante es tener en cuenta el largo del brazo del alumno y la potencia que puede manejar.
Un equipo que comprende arco, flecha y elementos de seguridad cuesta desde los 2000 pesos. Los elementos básicos de seguridad consisten en un protector de dedos y otro en el brazo.